martes, 20 de junio de 2023

Tengo a San Antonio puesto sin cabeza

 


Mi madre debió verme muy sola o muy desesperada luego de mi divorcio, porque una noche cualquiera, se apareció en mi casa con una imagen de yeso de San Antonio (con todo y niño). "Para que consiga marido, mamita"  - me dijo.  El gesto me pareció tierno, pero algo siniestro, también. Ese día aprendí que tocaba esconderle el niño para que concediera milagros de lo más variados, entre ellos, el amor, (esquivo por esos tiempos para mí) pero también supe que si la petición era expresamente conseguir marido, era necesario poner al santo de cabeza. 

Presta, puse la hermosa imagen de los dos santicos en mi escaparate, sin atreverme jamás a esconder el niño (me parecía cruel dejarlo solito por ahí, en medio de mis calzones o en una caja). Tampoco logré ponerlo de cabeza, (no estaba tan desesperada como mi mamá creía).

La torpeza es una de mis características más obvias, tengo los brazos largos y las manos muy grandes, por lo que mis movimientos suelen ser amplios e incluso bruscos. En una de esas gesticulaciones que acompañan mis discursos, les dí una bofetada a los dos lindos santos y se fueron al piso, con tan mala suerte que ambos perdieron la cabeza. !Ambos!

 Sobrará decir que aún no consigo marido... 






 



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