viernes, 10 de septiembre de 2010

Mi Principe de Las Mareas



A veces calmado, otras tormentoso e inaccesible, pero siempre, maravilloso, como el mar. Así es mi Principe de las mareas. Mi hijo mayor.
Soy como los marineros curtidos, que sabe cuándo es el momento adecuado para enfrentar las olas que hacen de la personalidad de ese pequeño algo realmente fascinante!

De Alien a Principe...


Era martes. La lluvía caia incesantemente y los rayos iluminaban todo el quirófano. Yo sólo podía concentrarme en el dolor y traté en vano de controlarlo.
Recuerdo el revuelo de gente desconocida con batas blancas que iban y venian y el sonido metálico de utensilios, como de cocina.

Sin embargo, había momentos de lucidez.

Tras 18 horas de "trabajo de parto" (qué mierdas es eso del trabajo de parto), que fueron horas de dolor solitario sin saber qué me pasaba y en las que me cansé de ver nacer uno tras otro, como en serie, los bebés de otras mujeres. Y el mio, nada.
Cuando por fin decidió el momento de nacer, escogió una tarde lluviosa con tormeta eléctrica.
De eso hace más de once años. Con lucidez recuerdo la enfermera gigantezca que oprimió mi panza para obligarlo a salir. Recuerdo a alguien sosteniendolo en alto y diciendo: !mire a su niño!.
Pero lo que jamás olvidaré, será la forma triangular de su cabecita, era horrible! Era justo como la de los aliens de las tiras cómicas.
y de repente el ruido cesó, la lluvia paró y vino a mí una idea que sólo me atrevo a confesar ahora:

Pense, por Dios, qué irá a decir el papá!!