martes, 6 de septiembre de 2016

Ya no son… 

Él sigue ahí, escondido entre los muebles viejos de la memoria, de vez en cuando se asoma, se muestra, me hace gestos a lo lejos, como un niño jugando a las escondidas, quiere que lo encuentre. Pero ya no lo busco.
Su sombra a veces me asusta, me entristece… pero hago como si no la viera. Así es mejor…
Sus recuerdos están bien anclados en mi alma, yo misma los encadené allí. Pero luego quise que se fueran, barrí cada detalle, cada palabra, cada momento de esas ruinas.
Con los escombros traté de reconstruir un corazón que ya tenía varías averías, pero no pude, el resultado es un remedo maltrecho y desvencijado, lleno de grietas y paredes descascaradas.
Allí habita alguien más, que se metió por la fuerza, con mucho ímpetu y que vive de lo que alguna vez fuera puro amor… para otro
Él solo con sus propias manos, llenas de amor de verdad, ha tratado de reparar, cubrir, barnizar y poner lustroso aquello que yo pensaba perdido. Es su deseo de salvarme el que lo mantiene ahí, la intuición de que quizás con dedicación se pueda recuperar lo que por propia voluntad dejé ir…
Siempre está alerta, no se siente correspondido, tiene miedo. A veces grita, otras llora como un niño, pero le digo que no tema, porque no hay de qué temer, en los rincones sólo viven fantasmas de recuerdos creados y vueltos a crear en mi mente, recuerdos que ya no son…





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te gusta, te parece un asco, ni fu ni fa? Cuéntamelo todo...