Aun estaba oscuro cuando despertó. El dolor de cabeza no le impidió reconocer el extraño rostro que se forma en la mancha de humedad del techo. – la virgen María- Pensó.
Sentía la boca llena de arena y le producía malestar recordar el último trago de tequila.
-Margarita… Mariana, no María… ¿cómo se llamaba?
El olor del café recién hecho que llega desde la cocina lo reconfortó, pero solo por unos segundos. La urgencia de la naúsea lo hizo correr torpemente y a tientas al baño. Vomitó copiosamente, un mar espeso y amargo le salió por la boca. El sudor frio que le corría por la espalda le hizo pensar en la muerte y las imágenes de la noche anterior regresan como flashazos inconexos.
- No debí recibirle ese trago de Brandy de Jerez a ¡Marina!- Recordó al fin, antes de caer desmayado contra las baldosas.
Escrito en 2018
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